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Silencio modulador

El traqueteo de las vibraciones que resuenan de vez en cuando.   De cada una de las lecciones que ciertas marcas han dejado. La enseñanza de la sutil diferencia entre ocupar un espacio. Y el anverso de esa moneda que es realmente el llenarlo.
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Calma tempestuosa

Aparecen muchas respuestas, sin haber sido buscadas, incluso después de desistir, de llegar quizá a encontrarlas. No son de las que acuden, a una típica llamada, pues tan solo dejan verse, si la hora es la indicada. Cual conjunto de estaciones, que paulatinamente cambian, y la oscura incertidumbre, es vuelta en cálida mañana. Algo nuevo que florece, entre hojas muertas enmarañadas, como retazos de unos recuerdos, junto a la persona adecuada.

Gnosis monocromática

Cualquier tipo de pensamiento, sea o no voluntario, ejerce un poder en la realidad, muchas veces subestimado. Un brío de troquelaje, hacia todo lo experimentado, dependiente de la forma, en que éste sea gestionado. Lo creído como bueno, y lo percibido como malo, recae en el observador, con la aptitud para cambiarlo. Sentir lo blanco sobre negro, y lo negro sobre el blanco, extraer el crudo aprendizaje, que yace en los tonos más grisáceos.

Brújula de otro mundo

Creyó deambular, por espacios liminales, escuchando el ruido blanco, que rumia tras las calles. Las mudas conversaciones, de las almas más errantes, cuyos pasos aunque firmes, no irán a alguna parte. Desde todo lo llovido, sin volver a ver a nadie, ya no es mundo de los vivos, solo sombras fantasmales. Un viejo timón roto, y la llamada irrecusable, de corrientes invisibles, en la nada palpitante.

Et diabolus incarnatus est

Nunca ha sido un secreto, que la semilla de un esclavo, germina con el deseo, de quien pretende dominarnos. El tejer de las mentiras, que nos mantendrán atados, eslabones de cadenas, forjadas con engaños. Un asedio a la consciencia, invisible e indetectado, una fuerza que fulmina, la razón a su paso. Infecta a los sentidos, hasta volverlos alterados, y la mente es secuestrada, por los males más abstractos.

Ángeles de Yaldabaoth

Aquella extensión de arena tan oscura en la que me encontraba llegaba hasta más allá de lo que alcanzaba la vista, mostrándome una playa de proporciones que rayaban el surrealismo. A pesar de que las bravías olas se observaban romper a una larga distancia, una delgada capa de agua que apenas sobrepasaba la planta de los pies cubría toda la superficie a mi alrededor, dándome a entender que la marea llegaba a cubrirlo todo, sin que existiera un mínimo espacio que hubiera estado completamente seco en algún momento. No me encontraba solo, cerca de mí un pequeño grupo de personas practicaba ciertas actividades que se asemejaban a una mezcla entre un entrenamiento físico y un ritual de algún tipo. Todos usábamos un bañador negro, y nuestros cuerpos se encontraban en un estado ideal de tonificación y aspecto, compartiendo una misma tonalidad de piel ligeramente morena. De entre los desconocidos rostros llegué a distinguir algunos que me resultaron familiares, y que relacioné con algunas perso

Latidos del alma

Buscando la calidez, anidada en la esperanza, el refugio del calor, de los pálpitos del ánima. En cartas de amor, que no fueron enviadas, en un recuerdo de tu piel, al despertar por la mañana. En el reflejo en tus ojos, de una noche estrellada, y cada punto iluminado, una caricia en tu espalda. Un puente a lo inefable, donde no llegan palabras, en dos cuerpos ya desnudos, que juegan bajo una sábana. En las risas y confidencias, alegrías y horas bajas, todo y más en la imaginación, de una mente enamorada.

Divertimento

No tendría sentido, el devenir de la consciencia, si no fuera por vivir, más de una experiencia. Un viaje planeado, tanto de ida como de vuelta, a una obra de teatro, que nunca se estrena. Cual múltiples ensayos, que entre sí se conectan, a los miles de papeles, que los demás interpretan. Hasta que cede el telón, cuando uno menos se lo espera, y en otro lugar y tiempo, otra historia quizá comienza.

Calamus gladio fortior

Dejar de ver principios, que conllevan a un final, es aumentar la perspectiva, de la propia realidad. Todo va formando parte, de un lienzo personal, que entre plumas y pinceles, cuesta a veces perfilar. Al ofrecer diversos huecos, que aún por rellenar, dan espacios potenciales, que se suelen ignorar. Y aunque fallen los colores, o quizá su intensidad, está en parte en nuestra mano, el volverlos a mezclar.

De rutas oníricas y mundos paralelos

Hablar de ciertas cosas en profundidad es entrar en uno de esos tipos de ámbito donde el lenguaje parece resultar insuficiente, ya sea para explicar, describir, transmitir... Ocurre lo mismo con la mayor parte de lo que suelo escribir en este humilde rincón, pequeñas muestras de inspiración que me llegan sin saber muy bien su procedencia. Hace ya alrededor de unos casi nueve años que a raíz de ciertas vivencias personales decidí dejarlo todo atrás, salvo algunas pocas cosas. Quería (necesitaba) ir muy lejos, tanto física como mentalmente, llamado a un peregrinaje en el cual buscar algo sin saber muy el qué ni el dónde. Tardé un tiempo en darme cuenta de que la clave principal de ese impulso estaba basada en romper la carcasa de lo que era yo por aquel entonces, la necesidad de forjarme en alguien diferente, un proceso natural que a todos nos ocurre en la vida pero que en ciertas ocasiones surge una llamada o una circunstancia que potencia y acelera ese proceso. Un camino de transformac