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Eterna saudade*


Ya no estás para construir un abrazo,
cuando caigo al vacío de la soledad,
y me arrastran las sombras del ayer,
hacia un mar de melancolía.

Me siento a esperar un mañana,
un efímero instante de futuro desmigajado,
que el tiempo lanza para alimentar,
un sueño roto que intentó volar.

Ya todas las palabras están mudas,
en la historia de mi mente,
y vagan por las hojas mendigando,
el aliento de tus labios.

Ya no quedan caricias tibias en las manos,
ni susurros en una voz que murió,
gritando la tristeza contenida,
que tanto tiempo se guardó.

Ya tan solo queda el recuerdo,
de lunas desdibujadas en sueños,
de heridas sin curar,
por la nostalgia de unas manos al caer.


*«Saudade es un vocablo de difícil definición, incorporado al español del portugués saudade, que expresa un sentimiento afectivo primario, próximo a la melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia.»

**Anotaciones: Buceando entre carpetas de documentos en un viejo disco duro, entre recuerdos de diversa índole, encontré un archivo de texto con el poema aquí transcrito, el cual tiene un buen número de años a sus espaldas. No logro recordar la razón de por qué no llegué a dedicarle un hueco en este bosque de pensamientos que es este blog, llegando incluso a realizar algunas búsquedas por si lo había sacado de alguna otra parte, pero sin obtener un resultado. Se encontraba sin título, como los típicos borradores que dejo por ahí en el limbo, y he pensado que si había dado ahora con él era porque a estas alturas merecía uno, y también formar parte de la colección de sentimientos que corren entre estas humildes páginas. Hay cosas que tocan el alma para siempre, y el título escogido no podía haber sido otro.
 
 

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