En el tacto de tus labios, se deshizo el futuro, en retales de un pasado, portador de mal augurio. Al presente quedé anclado, con mi alma al desnudo, atraído por tu encanto, y seducido por tu mundo. Con el mío iluminado, por tus ojos claroscuros, me enseñaste a ser amado, en un lenguaje mudo. El de cuerpos entregados, como si formaran uno, el invocar lo deseado, en la tensión que siempre hubo. Y al sentirte a mi lado, desde el pecho nace el susurro, del latido enamorado, que por ti jamás se detuvo.
El pequeño rincón de un poeta por accidente, un humilde escritor, un soñador permanente.