Desde una perspectiva a gran altura observé en sucesión y durante breves instantes unos parajes terriblemente áridos y otros completamente congelados. Parecían de otro mundo, propios de límites de temperatura más allá de cualquier extremo imaginable. En ellos se me mostraban las consecuencias de un evento cósmico de naturaleza desconocida que estaba causando que nuestro planeta dejara de existir tal y como lo conocíamos, desencadenando un apocalipsis bíblico. A continuación me vi deambulando durante la noche entre las calles de una gran ciudad moderna en ruinas, bajo una extraña luminosidad de origen incierto y débil intensidad, pero suficiente para ver bien a una distancia más que prudente. Desde detrás de un contenedor me salió al paso una persona que llevaba un carrito de supermercado lleno de objetos que no llegué a identificar. Se asustó con mi presencia y me apuntó al momento con un arma, algo que me hizo reaccionar enseguida levantando las manos en señal de no representar ningun...
En ocasiones me pregunto, cómo he podido escribir tanto, sobre más de un sentimiento, que pensaba había olvidado. Al saber desde hace mucho, que el presente es observado, desde detrás de un cristal, que he creído casi opaco. Y quizá realmente, lo que sí ha cambiado, es una nueva manera, de entender el puzle armado. Que ha sido como un molde, a los vaivenes de un noctámbulo, entre la bruma del futuro, y los retales del pasado. Un duelo a muerte del espíritu, que la razón ya ha ganado, aunque más allá de su tumba, el "poeta" a veces me siga hablando.