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Conflictos internos

Desde hace unos días mis sueños parecen ser recurrentes en cuanto a entornos hostiles.

† En el primero de ellos que recuerdo, intentaba escapar de un edificio junto a otro grupo de personas mientras estábamos siendo tiroteados a nuestras espaldas. Curiosamente estábamos equipados como si formáramos parte de una fuerza paramilitar, pero no llevábamos ni un arma encima. En ocasiones se veían columnas en las que podíamos cubrirnos aunque fuera durante unos pocos segundos. Disparos de procedencia desconocida que no cesaban, y una sensación de agobio cada vez más acusada que me oprimía el pecho, no solo por sentir que en cualquier momento una de esas balas podría impactar en mi, si no por el miedo de que algo nos perseguía y nos estaba tomando alcance. No sé cómo acabó todo, lo último que veía claramente era que todos los que corrían conmigo me estaban adelantando, alejándose cada vez más, mientras mis piernas parecían ser más pesadas a medida que más ímpetu ponía en alcanzarles y conseguir huir.

† El segundo sueño transcurrió mar adentro. Estaba en lo que parecía ser un portaaviones, observando el mar a mi alrededor desde la cubierta en compañía de otra persona. Cerca del enorme barco había otro de similares características, pero tal y como me hizo saber aquel desconocido, formaba parte de otra facción diferente a la nuestra. Existía una alianza temporal entre ambas pactada con la intención de acometer un enemigo común más peligroso.

Pocos instantes más tarde empezaron a despegar dos cazas, uno desde nuestro propio navío y otro en el de enfrente. Unas maniobras conjuntas estaban a punto de comenzar, me dijeron. Pero algo imprevisto ocurrió. Cuando ambos aparatos estaban ya surcando los cielos paralelamente, el segundo se situó en la cola del otro a unos buenos metros de distancia y ejecutó un ataque demoledor lanzando un par de misiles que hicieron impacto casi instantáneamente, volando en mil pedazos nuestra aeronave. Luego empezaron a escucharse voces de alarma a mi alrededor y sirenas ensordecedoras que sonaban sin parar. Al volver mi vista hacia el otro navío, pude ver perplejo como una cantidad enorme de aviones de esa otra facción ya habían despegado y se dirigían hacia nosotros. La alianza había sido traicionada y estábamos a punto de ser  arrasados de forma inminente.

† El último sueño que permanece en mi memoria de estas características tiene ciertas diferencias. Volvía a formar parte de un grupo armado y me estaba equipando mientras daban las últimas instrucciones de la operación que se estaba a punto de llevar a cabo. En esta ocasión, sí estaba bien armado. Llevaba un buen fusil con una linterna incorporada, una pistola reglamentaria, y un cuchillo de operaciones. Aun siendo el novato del grupo, me sentía controlar más la situación (al contrario que en los anteriores sueños), con muchísima confianza en mí mismo. Pocos instantes más tarde el grupo se puso en marcha y salimos a paso ligero del habitáculo, atravesando una zona realmente oscura (parecía ser de noche) que me hizo encender la linterna de mi arma al igual que al resto de compañeros.


Luego ocurriría un momento similar al vivido en otras ocasiones. El grupo se había empezado a adelantar demasiado hasta que los perdí de vista casi sin darme cuenta, pero no me preocupé demasiado, conocía el camino y no sentía ningún miedo aun siendo consciente de estar en un territorio hostil y desconocido, en el cual podía ser atacado en cualquier momento.

Un instante realmente retorcido en el sueño fue el verme bajar por unas escaleras mientras intentaba alcanzar a mi grupo, y ver a unos pequeños seres (que identifiqué como recién nacidos) cruzar el camino al finalizar los escalones para desaparecer en la oscuridad. Eran extremadamente pequeños, pero aun así sus tamaños variaban y no eran todos iguales, pero sí muy similares. Emitían pequeños balbuceos, no tenían rostro ni facciones, eran solo siluetas entre un color negro y un rojo oscuro como si fuera sangre coagulada.

No sentí miedo ni ninguna emoción en especial al contemplar esa escena tan rara, solo recuerdo extrañarme y pararme unos segundos para observarlos a duras penas, pensando en la posible razón de semejante procesión. Poco después seguí mi camino sin acabar encontrándole explicación alguna a lo que había visto.

Mientras avanzaba entre la negrura, sin dejar de apuntar al frente firmemente con mi arma y su respectiva luz incorporada, escuché una voz ronca que pareció provenir de no muy lejos. "Eh, mirad esa luz, echemos un vistazo". ¿Habría sido detectado por la luz de mi linterna?, pensé. Aceleré el paso a oscuras hasta encontrar de repente una bifurcación hacia la izquierda. Mientras tomaba rápidamente esa desviación (la cual era una especie de túnel inundado de luz), contactaba por radio con mi grupo para avisarles de que un posible grupo enemigo avanzaba detrás de mí.

No tuve que seguir mucho para encontrarme por fin con ellos. Estaban esperándome y apuntando con sus armas al camino por el que yo llegaba, avisados ya de los tipos que venían detrás de mí. Ocupé mi posición al igual que ellos y, al ver después de unos instantes que no aparecía nadie ajeno a nosotros, decidimos continuar hacia delante.

La aparente calma llegó a su fin. Llevábamos recorriendo una parte del tramo de forma distendida sin estar alerta, y justo al tomar una pequeña curva se nos interpuso por sorpresa en el camino un grupo enorme de personas. Algunos de ellos llevaban fusiles, como el que estaba más al frente, el cual parecía hablarnos. No recuerdo qué nos intentaba decir, no nos apuntaban ni parecían amenazarnos, pero se acercaban cada vez más. Tenía la fuerte sensación de que sus intenciones no eran buenas en absoluto. Fue mirar hacia atrás y ver cómo nos había cortado la retaguardia el mismo supuesto grupo que habíamos estado esperando y que según pensamos, se había quedado atrás sin llegar a detectarnos. Estábamos acorralados, no había escapatoria.

Solo recuerdo unos pocos instantes más del sueño. Fue el momento en el que formamos un pequeño círculo e intentábamos ponernos de acuerdo sobre qué hacer mientras nos ajustábamos las armas. 

Mis palabras fueron claras y parecían ser apoyadas. "Nos enfrentaremos a ellos, los mataremos a todos".

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