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Mi viaje a través de lo efímero

Desde nubes de aire albino,
divisé la mística torre,
construida con los designios,
de cada mujer y hombre.

Desafié así al destino,
pues más cerca del horizonte,
no está el verla permitido,
sin conquistar antes las emociones.

Luché así en el abstracto río,
donde fluyen las intenciones,
de arrastrar donde en el frío,
yacen muertos los corazones.

Crucé luego al infinito,
sobre el puente de eslabones,
cual barquero entre lo que está vivo,
y el más allá con sus moradores.

Allí del viento me hice amigo,
para ocultarme durante la noche,
burlando al guardián altivo,
hecho de espejos y maldiciones.

Busqué pues lo jamás descrito,
en el torreón de los Creadores,
hallé el tintero y papel prohibidos,
para hablar con antiguos dioses.

Así a las calles del olvido,
le escribí cartas con tu nombre,
usando como apellidos,
lo que nuestro secreto conoce.

Y el sentimiento se hizo invicto,
aunque el tiempo todo lo borre,
pues si el recuerdo cede su testigo,
sabrás que mi amor solo a ti corresponde.

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