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La tinta de tus labios

Más decantado hacia el relato erótico que a unos trabajados sonetos, sobre una noche para acabar en cenizas de dos amantes que comparten su fuego, embarcados en la travesía con la vela entre un ardiente viento, llevando a la lujuria como brújula junto al cariño de timón férreo, convertidos en uno solo volviendo a nacer de nuevo. 

En dos miradas que se vuelven una, de dos seres de ternura hambrientos, de fundirse en un abrazo tras comerse con la vista que sirve de postre al tacto, sin más deseo que el de sentir tu piel en un banquete largamente anhelado, donde a la intempestiva hora del baile suenan nuestros latidos acompasados. 

Mientras navego con tu permiso por tus secretos mejor guardados, te llevaría también por los míos sin dejar de agarrar tu mano, en el fluir de un río eterno que acabaría culminado en la cascada de éxtasis mutuo al hacer el amor una y otra vez hasta nuestros cuerpos quedar exhaustos.

Que me pregunten qué es la poesía, que solo tendré que imaginarme a tu lado. Que gritaré tu nombre a los nueve vientos si me preguntan por la causa de escribir tanto.

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