Entre la más amarga tristeza,
y la más profunda de las alegrías,
yacen las claves principales,
que dan forma a la vida.
Es ser capaz de asombrarse,
ante las cosas más sencillas,
contemplar un atardecer,
o sentir la lluvia que cae fina.
Es llegar a oler contigo,
lo que nunca está a la vista,
cada color que no ha existido,
en el pincel del mejor artista.
Es ver con ambos oídos,
melodías tan distintas,
siempre que yo me imagino,
a tu piel junto a la mía.
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