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Mostrando entradas de abril, 2013

Birthday (II)

En este momento te recuerdo, con estas humildes palabras, que por mucho que pase el tiempo, tú seguirás estando en mi alma. Te llevo en el pensamiento, en este nuevo día que amanece, que celebras tu nacimiento, mientras anhelo el poder verte. Con estas cosas que yo pienso, aunque a ti pudiera parecerte, lo que digo no es nada nuevo, y no es un día diferente. Pues noche y día estás presente, mi corazón siempre contigo, y peores que la muerte, son tu distancia y olvido. Así pues en este momento, con estas humildes palabras, te recuerdo que te deseo, y que te amo más que a nada. Que te pienso aunque no hablemos, y me imagino nuestras miradas, que entre mis brazos sólo te veo, en el día del mañana.

El alzamiento del lobo

Las crónicas hablan de momentos cíclicos que se repiten una y otra vez, pero esta vez es diferente. Un cascarón que se rompe, la puerta de una celda que estalla en mil astillas, pesadas y oxidadas cadenas que caen deshechas. Muchos ejemplos que podrían describir la situación, pero son sólo palabras que no alcanzan a dar una idea de lo que ocurre. El ente se retuerce en un cúmulo de sombras que parecen agitarse con fuerza a su alrededor. Su forma, similar a la de un lobo, deja entrever el brillo de lo que parecen ser unos colmillos. De su boca caen pequeños hilos de saliva que se deslizan suavemente como si el tiempo se detuviera por momentos y jamás quisieran alcanzar el suelo. La criatura está hambrienta. Hambrienta de sentimientos, de vivencias, de pensamientos más allá de los suyos propios. Sonríe, o al menos eso parece al verse la mueca de su boca. Sus ojos están vacíos, mostrando un negro más oscuro que la propia noche sin luna ni estrellas, mientras el pelaje negro azaba

La canción del bardo

Dicen que el cuento no tiene final, pero un lamento se escucha sin cesar, con la oscuridad en su pesar, un corazón llora sin parar. Pero ella no se da cuenta, e ignora lo que sucede, él ya marcha con su pena, sabiendo lo que le concierne. Así pues canta el bardo, esta triste canción, mientras zozobra el barco, y muere la tripulación. Pues una criatura acechaba, en lo más profundo del mar, una que vidas y almas cobraba, y la suya iba a ser una más.