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Disonancia sutil

Por qué observo a la lluvia,
cuando nada cae del cielo,
si los ojos de la juventud,
se esfumaron en algún momento.

Al absorber lo aprendido,
entre las arenas del tiempo,
al sembrar la poblada barba,
que encuentro en mi reflejo.

Enredada en las lecciones,
de los destinos más inciertos,
se abrió paso como raíces,
de un árbol que creí muerto.

Mas ungido en realidad,
en la savia del conocimiento,
la trascendencia al dolor,
llevó la victoria al sufrimiento.

Cual esencia de escultor,
que en adulto acabé siendo,
cincelador del mismo mármol,
que da forma a mi mente y cuerpo.

Gladiador de sangrienta arena,
donde rugen los pensamientos,
centurión de las legiones,
de lo que he sentido sentiré y siento.

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