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Dolce ragazza chiamata primavera

Qué será el recordarte de repente, dondequiera que me encuentre, y sonría al escucharte, o al verte, sintiéndote a veces a mi lado, sintiéndote a veces enfrente. El venir sin saber de dónde un abrazo junto al reflejo de tu cabello cuando la felicidad no se encuentra de paso. Las pinceladas de tristeza en los cuadros de buenos momentos por no ser compartidos con quien dejó una huella en el recuerdo, en sus playas de blanca arena, la misma que permanece imborrable por el tiempo y su marea.

Qué será el pensarte, en cómo te encuentras, en preocuparme, en si estarás viendo unas parecidas nubes o un similar oleaje, haciendo en tu mente un hueco a ese alguien que soñó compartir contigo de la vida sus montañas y valles.

Qué será, de qué forma explicarse, cuando para mí no has dejado de ser lo impronunciable, lo referente al echar de menos, a la nostalgia, a ese dolor silencioso e incesable, el de dos estrellas fugaces que coincidieron y que jamás distanciar sus rumbos debieron.

Qué pequeño sería eso de lo que hablo si pudiera ser escrito o mencionado, y es que por mucho que tras los años mis palabras hablen jamás podré expresar lo que por ti sentí, lo que por ti siento, la manera en que de mí formaste y formas parte.

Algunos lo llamarían amor, pero para mí es algo inefable.

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