Acaso no son las decisiones,
como semáforos en ámbar,
donde a veces se decide cruzar,
o bien cambiar a otra parada.
Hace mucho que las carreteras,
se han vuelto solitarias,
tan frías como venas,
de sangre congelada.
No hay tránsito en las vías,
y las sombras se alargan,
al pisar fuerte el pedal,
bajo ventanas apagadas.
En ese asfalto cual abismo,
cuya oscuridad me abraza,
al recordar esos lugares,
donde nuestras voces hablaban.
como semáforos en ámbar,
donde a veces se decide cruzar,
o bien cambiar a otra parada.
Hace mucho que las carreteras,
se han vuelto solitarias,
tan frías como venas,
de sangre congelada.
No hay tránsito en las vías,
y las sombras se alargan,
al pisar fuerte el pedal,
bajo ventanas apagadas.
En ese asfalto cual abismo,
cuya oscuridad me abraza,
al recordar esos lugares,
donde nuestras voces hablaban.
Comentarios
Publicar un comentario