Creíamos ser racionales,
pero la razón brilla por su ausencia,
se ha culpado a las religiones,
pero se han creado otras nuevas.
Infectando con la idolatría,
que alimenta a cada profeta,
cuya prohibida autocrítica,
siembra el germen de una secta.
Anulada es la empatía,
fagocitada por la decadencia,
y el asesinato de los valores,
por la corrupción de quienes lideran.
Involución preprogramada,
al disolver el entendimiento,
sociedad polarizada,
donde lo humano es un viejo cuento.
Comentarios
Publicar un comentario