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Pugna non perfecta est

Aferrado a la cálida,
sensación de la esperanza,
subyacente en la forma,
que regenta el alma humana.

Al andar por la vereda,
ténuemente iluminada,
por los silenciosos pasos,
de la más pura nostalgia.

Que en mis oidos suena,
a una tarde que no acaba,
pues la noche nunca llega,
y medio sol jamás se marcha.

Conjurándose así entonces,
esa inusitada magia,
cuando el día y las estrellas,
se coinciden y se hablan.

De tormentas de emociones,
venideras y pasadas,
que yo he ido escuchando,
y transcribiendo en mis palabras.

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