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Cuando el cielo dejó de ser azul

He andado en solitario,
por donde solíamos vernos,
y visité el mismo banco,
donde nos dimos el primer beso.

Sentí aquella fina lluvia,
que abrazó aquel ensueño,
donde éramos los únicos,
en no ponerse a cubierto.

A través del amplio parque,
convertido en solo nuestro,
de caminos que han guardado,
esos oníricos paseos.

Conductores de una brisa,
que ha mostrado cada gesto,
dedicado entre tú y yo,
en el más feliz de los silencios.

Agarrados de la mano,
al empaparnos por completo,
no nos importaba nada,
salvo compartir el tiempo.

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