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Cuando las vidas se cruzan

Yaciendo tu cuerpo bajo la luz,
de la ventana recién abierta,
observé tu paisaje matutino,
en esa mañana aún no despierta.

Como un cuadro sobre la cama,
donde cada pincelada cuenta,
el secuestro de los sentidos,
tras una noche solo nuestra.

Pintado de aquellos colores,
inexistentes en la naturaleza,
el de todas tus cualidades,
que me hicieron amarte entera.

Formando la única obra de arte,
en el museo de mi cabeza,
mientras miraba como dormías,
decidí dibujarte con mis letras.

En un vano e inútil intento,
antes de que todo desaparezca,
de sentirte al despertarme,
al ser mi mente la que te sueña.



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