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Carta extraviada

No he dejado de pensarte,
en los recuerdos no vividos,
de cada uno de los momentos,
que he deseado compartir unidos.

Eres la lluvia de la nostalgia,
que cae disolviendo el propio olvido,
donde se pierden todas mis lágrimas,

de como no supimos ser amigos.

Las mismas que forman la tinta,
de cada detalle que dejo escrito,
que el corazón me dicta en silencio,
como si hablara solo contigo.

Intenté vallar los sentimientos,
pero escaparon en su albedrío,
cabalgando el eco de los errores,
que el destino hubo cometido.

Y no han dejado de alimentarse,
durante un tiempo que se ha detenido,
un amor por ti que solo ha aumentado,
un aprecio por ti que solo ha crecido.



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