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Mostrando entradas de mayo, 2014

Los mismos de antes

A veces me pregunto si algún día podríamos ser los mismos de antes, pues echarte de menos es una pesadilla siempre en mi constante, y yo sigo soñando con la oportunidad de llegar a abrazarte, sentirte a mi lado y algunas palabras poder susurrarte. Créeme que solo bastarían dos para a ti hacer recordarte, que desde que te perdí es como si me faltara una parte, y desde entonces no soy más que un fantasma errante, uno que solo se pregunta si ojalá algún día llegaremos a ser los de antes.
Ojalá hubiera vuelta atrás para algunas cosas, pero el mundo te cambia y es lo que toca, mientras acabo dejando de ser la misma persona, y aun así lo daría todo por un momento, un momento contigo a solas.

El hombre que susurraba a los dragones

Llueve de forma torrencial, lo que no es impedimento para que un caballero surja de entre los ventanales de uno de los balcones de su fortaleza en busca de su luna. Esta vez a lomos de un dragón negro, desde el cual instantes después rasga un cielo apenas visible, de no ser por los instantes en los que el reflejo de algún relámpago hace acto de presencia iluminando tanto las escamas negro azabache de la criatura como las oscuras piezas de su armadura.  —Bonita noche, ¿no te parece? —dice el jinete a su fiel montura.  La criatura gira levemente su cuello y le dirige una mirada. No emite sonido o palabra alguna, pero ambos parecen entenderse con solo mirarse. Vuelve a hablarle de nuevo. —Lo sé, sé que ella ya se ha ido, pero la seguiré buscando sin flaquear en mi empeño. Al menos su esencia puede haber quedado impregnada en la zona. Demos un pequeño paseo, viejo amigo. Volveremos pronto. 

Alma incierta

Al fin y al cabo mientras pasa el tiempo, me doy cuenta que nada es blanco o negro, mientras mis ojos miran a un horizonte incierto, sin pensar en lo que el pasado a mi presente haya hecho. Pero es increíble lo complicado que es hacerlo, llegando en ocasiones a no creerme ya del todo cuerdo, pues además una pesada maleta conmigo llevo, una llena de preguntas que nadie ha ido respondiendo. E imagino que es casi imposible lo que pretendo, buscando el equilibrio entre razón y sentimiento, sin dejar crecer el enorme vacío que yace en mi pecho, el cual amenaza con consumirme cual agujero negro. Sin quizá tener la posibilidad de sentir de nuevo, cuando en realidad aún sentimientos mantengo, aunque sea algo que a nadie importe en este momento, siendo yo el único testigo de ello.