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Mostrando entradas de enero, 2014

Lágrimas de un guerrero

Dicen que el alma de un guerrero no llora, solo sangra. Pero no por carecer de sentimientos, sino por carecer de lágrimas. Por haber derramado tantas en épocas pasadas. Por haber enfrentado a sus sentimientos cara a cara, y haber sentido el verdadero dolor en espíritu y alma. Yo morí con ella, pero hay una parte de mi que ha vivido. Una parte de mi permanecerá en su corazón, muerta. Pero nunca podré olvidar, por más que me duela, por oscura y profunda que la caída sea, que nunca dejaré de luchar. Porque sonreír cuando el corazón llora es de héroes. Porque no hay olvido posible, solo superación. Quizá los más queridos estando cerca escuchen el llanto interior, aquellos que de verdad tengan acceso al corazón. Pero los demás solo sentirán furia, rabia y determinación. Es por ello por lo que me digo siempre a mi mismo: sé puro, sé noble; surge.

El tren de la vida

La vida es como un largo tren, en los que van infinitos vagones, con muchos viajeros por conocer, y una maleta llena de ilusiones. Extrañas sombras por doquier, entrando y saliendo de las estaciones, pero los que más quieres también, viajarán a tu lado aunque no lo logres ver. Que aún estando en otros vagones, su amor por ti te lo harán saber, que aunque otros te abandonen, en ellos podrás siempre creer. La familia irá igualmente contigo, aunque terrible dolor al conocer, que algunos deberán bajar por causas del destino, sin que por ello nunca los dejes de querer. Así que por favor te pido, no cambies nunca de tren, que sigamos siempre en el mismo, y si bajas házmelo saber. Pues haré lo posible por estar contigo, si tú así lo deseas también, con mi a

Crónicas de Aodren: Lizbeth y la bruja de Aergoth

Apenas podía mantenerse en pie. Le fallaba la respiración, una densa y grisácea niebla lo cubría todo a su alrededor y no recordaba cómo había llegado hasta allí. Varios cuerpos caídos salpicaban el árido suelo y poco tardó en darse cuenta de ellos. Uno aún intentaba moverse torpemente mientras balbuceaba palabras en un idioma que era incapaz de comprender. La voz de una mujer que parecía no venir de muy lejos atrajo su atención cuando a punto estuvo de caer en un profundo sueño del que quizá no volvería a despertar. A duras penas consiguió con su brazo derecho realizar unos sencillos movimientos que pudieron conjurar a su alrededor una especie de protección lumínica apenas visible, apartando paulatinamente la espesa niebla que nublaba cada vez más su visión y que penetraba en sus pulmones ahogando su propio ser. Era, sin duda alguna, una sacerdotisa. Avanzando con cortos y difíciles pasos, intentó dirigirse hacia aquella voz femenina que parecía quejarse de algún tipo de dolo

Crónicas de Aodren: El retorno de Ceneo (I)

Y sonó el cuerno de guerra desde lo alto de la montaña. Aquellos miserables, asombrados y sorprendidos, alzaron la mirada esperando encontrarse con un enorme ejército. Pero para su sorpresa sólo la silueta de un hombre apareció en lo alto. Una sombra que apenas se detuvo unos segundos después de alzar lo que parecía ser una enorme hacha, para luego cargar hacia ellos con un ímpetu que jamás habían visto. •  Consultar la cronología de las crónicas   • (figura por Frank Frazetta) Era un grupo sin orden ni formación alguna. Sólo una turba desordenada de pequeños engendros transportadora de un horrible olor y retorcidos y feos rostros que bien podrían haber salido de las peores de las pesadillas. Ya era suficiente milagro que hubieran caminado tanto juntos sin haberse matado entre ellos. Y eso, en parte, ya extrañaba al guerrero que bajaba colina abajo hacia su encuentro. La estupefacción dejó pasar a la risa y a las retorcidas carcajadas en las decenas de gargantas pres

A través del tiempo

Eras mi compañera de sueños, y lo acabaste siendo de mi corazón, es ahora que en este año nuevo, yo te deseo a ti lo mejor. Y que un día nos encontremos, mientras te invada una dulce sensación, porque notarás que a pesar del tiempo, jamás me habré olvidado de tu amor. Que de noche has morado mis sueños, recordándote con lujuria y pasión, y de día en mis pensamientos, acompañándome desde mi interior. Pues no podría ser más cierto, que eres tú quien me enseñó, lo que es el único sentimiento, de lo que es el verdadero amor. Así es que a ti te recuerdo, que si todo se vuelve de oscuro color, a tu lado querré estar el primero, en este año nuevo como en el anterior. Pues por mucho que transcurra el tiempo, tú y yo nos seguiremos regalando lo mejor, y aunque deseara ahora dedicarte un te quiero, sé que no existen palabras para describir lo que por ti yo siento.