La razón y los sentimientos,
cargan sin cesar,
es un duelo entre caballeros,
que jamás conocerá final.
Será testigo el firmamento,
que aunque uno de ellos caiga,
volverá a levantarse de nuevo,
para recuperarse y plantar batalla.
Y sus lanzas golpearán,
causando un enorme estruendo,
con mi mente a punto de estallar,
entraré en un profundo sueño.
Pues ya sé que algún día,
yo seré uno de ellos,
y que una de las lanzas,
se logrará clavar en mi pecho.
Abatido me dejaré caer,
quitándome el pesado yelmo,
dejando morir mi corazón,
alcanzando por fin el descanso eterno.
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