Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2013

Corazón de invierno

Se pasea el implacable invierno, acompañado de un frío intenso, mientras escucho el fuerte viento, y a pensar en ti comienzo. Acariciar tu dulce recuerdo, es lo único que ahora intento, gritando un te echo de menos, desde el más profundo silencio. Con tus huellas en mi pensamiento, imborrables a través del tiempo, las que aun sigo con esmero, buscando cada instante nuestro. Como un predestinado encuentro, que inició un hermoso cuento, forjando juntos aquel momento, coronado por un inolvidable beso. Y tan helado que yo me siento, sin ser culpa de este invierno, porque extrañarte tanto es por lo que muero, que sin ti no hay calor en mi alma y cuerpo. Así es que por todo ello, te escribo esta carta con mi sentimiento, para recordarte lo mucho que yo te quiero,  y que jamás dejaré de llevarte dentro.

Sombras y aullidos

Desde lo alto del edificio contemplaba como el cielo destilaba un brillo inusitado aún siendo completamente de noche. Las estrellas se veían enormes y parpadeantes, palpitando como si tuvieran vida propia. Sus tamaños no dejaban de aumentar, daba la impresión de que estaban acercándose cada vez más. Tardé poco en darme cuenta de que me encontraba en mi propia casa, y un enorme sentimiento de temor me invadió por completo, mientras al mismo tiempo una extraña melodía de origen desconocido empezaba a surcar el ambiente. Cuando decidí bajar a los pocos instantes después, me percaté de que alguien a quien no pude identificar me había estado acompañando permaneciendo a mi lado, una figura borrosa y anónima que se quedó mirando al firmamento con las manos sobre la cabeza. No sabía el por qué, pero algo me decía que debía bajar a toda prisa. Abrí la puerta para llegar hasta el segundo piso y girando hacia la derecha me disponía a bajar por unas escaleras que me llevarían a la planta baja

Descanso eterno

La razón y los sentimientos, cargan sin cesar, es un duelo entre caballeros, que jamás conocerá final. Será testigo el firmamento, que aunque uno de ellos caiga, volverá a levantarse de nuevo, para recuperarse y plantar batalla. Y sus lanzas golpearán, causando un enorme estruendo, con mi mente a punto de estallar, entraré en un profundo sueño. Pues ya sé que algún día, yo seré uno de ellos, y que una de las lanzas, se logrará clavar en mi pecho. Abatido me dejaré caer, quitándome el pesado yelmo, dejando morir mi corazón, alcanzando por fin el descanso eterno.

Lux aeterna

Dicen que gracias a la oscuridad, las estrellas pueden verse, pero lo cierto es que en realidad, a ti te he tenido siempre presente. Cierto es que por momentos, nos hemos distanciado mutuamente, pero algo dentro de mi moría, si pasaba mucho tiempo sin verte. Y es que iluminaste mi vida, sin ser yo de ello consciente, dejando un rastro de luz tan brillante, como nunca había visto anteriormente. Así es que pase lo que pase, tu huella seguirá en mi permanente, y jamás me cansaré de demostrarte, lo que yo a ti te he querido y querré siempre.

Aliento de esperanza

"No te lo digo para que te animes por un momento, te lo digo porque es la realidad, y mi soñador tiene que ser lo que es, esa mente quiere escapar y ver la luz. Así que no la encierres nunca más en un barco a la deriva con un timón roto, o en un cofre tirado en un pozo sin fondo. No te hagas eso, tú no eres así. Tienes mucha luz, nunca dejes que te apaguen. Nunca te apagues. Yo no lo permitiré."