Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2013

Corazón de invierno

Se pasea el implacable invierno, acompañado de un frío intenso, mientras escucho el fuerte viento, y a pensar en ti comienzo. Acariciar tu dulce recuerdo, es lo único que ahora intento, gritando un te echo de menos, desde el más profundo silencio. Con tus huellas en mi pensamiento, imborrables a través del tiempo, las que aun sigo con esmero, buscando cada instante nuestro. Como un predestinado encuentro, que inició un hermoso cuento, forjando juntos aquel momento, coronado por un inolvidable beso. Y tan helado que yo me siento, sin ser culpa de este invierno, porque extrañarte tanto es por lo que muero, que sin ti no hay calor en mi alma y cuerpo. Así es que por todo ello, te escribo esta carta con mi sentimiento, para recordarte lo mucho que yo te quiero,  y que jamás dejaré de llevarte dentro.

Sombras y aullidos

Desde lo alto del edificio contemplaba como el cielo destilaba un brillo inusitado aún siendo completamente de noche. Las estrellas se veían enormes y parpadeantes, palpitando como si tuvieran vida propia. Sus tamaños no dejaban de aumentar, daba la impresión de que estaban acercándose cada vez más. Tardé poco en darme cuenta de que me encontraba en mi propia casa, y un enorme sentimiento de temor me invadió por completo, mientras al mismo tiempo una extraña melodía de origen desconocido empezaba a surcar el ambiente. Cuando decidí bajar a los pocos instantes después, me percaté de que alguien a quien no pude identificar me había estado acompañando permaneciendo a mi lado, una figura borrosa y anónima que se quedó mirando al firmamento con las manos sobre la cabeza. No sabía el por qué, pero algo me decía que debía bajar a toda prisa. Abrí la puerta para llegar hasta el segundo piso y girando hacia la derecha me disponía a bajar por unas escaleras que me llevarían a la planta baja

Descanso eterno

La razón y los sentimientos, cargan sin cesar, es un duelo entre caballeros, que jamás conocerá final. Será testigo el firmamento, que aunque uno de ellos caiga, volverá a levantarse de nuevo, para recuperarse y plantar batalla. Y sus lanzas golpearán, causando un enorme estruendo, con mi mente a punto de estallar, entraré en un profundo sueño. Pues ya sé que algún día, yo seré uno de ellos, y que una de las lanzas, se logrará clavar en mi pecho. Abatido me dejaré caer, quitándome el pesado yelmo, dejando morir mi corazón, alcanzando por fin el descanso eterno.

Lux aeterna

Dicen que gracias a la oscuridad, las estrellas pueden verse, pero lo cierto es que en realidad, a ti te he tenido siempre presente. Cierto es que por momentos, nos hemos distanciado mutuamente, pero algo dentro de mi moría, si pasaba mucho tiempo sin verte. Y es que iluminaste mi vida, sin ser yo de ello consciente, dejando un rastro de luz tan brillante, como nunca había visto anteriormente. Así es que pase lo que pase, tu huella seguirá en mi permanente, y jamás me cansaré de demostrarte, lo que yo a ti te he querido y querré siempre.

Aliento de esperanza

"No te lo digo para que te animes por un momento, te lo digo porque es la realidad, y mi soñador tiene que ser lo que es, esa mente quiere escapar y ver la luz. Así que no la encierres nunca más en un barco a la deriva con un timón roto, o en un cofre tirado en un pozo sin fondo. No te hagas eso, tú no eres así. Tienes mucha luz, nunca dejes que te apaguen. Nunca te apagues. Yo no lo permitiré."

Odio (Amor)

Una palabra es segura, pues se trata de un sentimiento, pero ando al borde de la locura, sin poder hacerte llegar lo que pienso. Mi corazón en una urna, pondría antes de verte de nuevo, así estaría libre de tu conjura, y decirte lo mucho que te echo de menos.

Alma inerte

Paseaba por un enorme descampado en lo que parecía ser pleno mediodía. Un pequeño camino de tierra guiaba mis pasos mientras observaba el paisaje circundante, el cual estaba salpicado de algunos arbustos y al fondo unas enormes montañas desnudas y sin vegetación decoraban el horizonte. Instantes más tarde de continuar andando aparecía a mi izquierda un enorme y profundo barranco. Tan profundo que apenas distinguía el fondo. Las paredes de tierra y roca que lo bordeaban eran tan empinadas que tuve por seguro que si alguien caía allí por accidente, le sería imposible subir y escapar de ese lugar. Después de intentar ojear el fondo alcé la vista, y justo al otro lado del borde de aquella enorme fosa mortal encontré a un grupo de figuras algo borrosas que fueron cobrando ligeramente cierta nitidez. Eran un grupo de personas, las cuales llevaban en las manos lo que parecían ser pequeños animales, crías de perros y algunos conejos. No tardé en darme cuenta de lo que pretendían h

Eres mi refugio

Tu cuerpo es mi refugio, y tu mente mi Santo Grial, contigo me siento seguro, formando juntos algo especial. Porque sueño con poseerte, con ser dueño de tu piel, morar cada rincón de tu mente, haciendo el amor hasta el amanecer. Porque tu mirada me embruja, tus caderas me enloquecen, tus pechos que mi sangre fluya, y yo ya apenas puedo contenerme. Así que cariño déjame gritarte, lo que desearía poder tenerte, por ser tuyo hasta colmarte, de un placer que creerías inexistente. Te pertenezco en cuerpo y alma, así de sinceras son mis palabras, las cuales te entrego en esta carta, pero sin olvidarme en el tintero, decirte que te amo, te adoro y te deseo. Que por ti me levanto cada mañana, y me acuesto cada noche en dulces sueños, que eres mi calor y mi esperanza, en este mundo de dolor y desechos.

Llevándote conmigo

Algo me hace sentir en calma, y es que me llegan de nuevo tus palabras, llevándome a un rincón de tu alma, donde las sombras ya no me alcanzan. Te susurro que hay un mañana, que yo a ti, te quiero más que a nada, pues en mi vida nunca has estado de pasada, y para proteger tu felicidad, haría lo que hiciera falta. Que da igual la distancia, pues te siento conmigo a donde vaya, pensando en tu sonrisa y en tu cara, que sigo dibujando tu nombre en la playa. Como un caballero a su amada, que daría por ella su vida y su espada, te hago llegar mis más sinceras palabras, desde un rincón de mi alma, al igual que las tuyas, para recordarte, que te amo a ti, más que a nadie.

Lluvia de media tarde

Y los días caerán, como hojas en otoño, pero mi amor por ti perdurará, pues te pienso desde que te conozco. Y la lluvia me dirá, bienvenidas las lágrimas de tus ojos, las que brotan al recordar, con la alegría y el desahogo. Y el viento me susurrará, que mi corazón está a tu antojo, pero debes saber algo más, y es que temo verlo de nuevo roto. Y las nubes se alzarán, en las cuales buscaré tu rostro, en silencio queriendo confesar, que mi amor por ti es estoico. Algún día la misma lluvia caerá, empapándonos poco a poco, estando abrazados y al pensar, que por fin estamos el uno junto al otro. Y la noche nos cubrirá, mientras nuestros cuerpos son uno sólo, y la pasión con lujuria nos llevará, a un mundo nuevo para nosotros. Y nuestros labios se sincerarán, que nos amaremos como locos, permaneciendo unidos hasta el final, incluso cuando la muerte

Ad eternum

Un corazón convertido en hielo por largo tiempo, que empezó a latir y a calentarse de nuevo, gracias a ti y a tu recuerdo, pues soy yo lanzando tu nombre al viento. Con ojos empañados mirando al cielo, pensando en ti con amor y sentimiento, anhelando perderme en tu cabello, como un marinero en mar abierto. Surcar los paisajes de tu cuerpo, acariciar tus rincones más secretos, entregándote mi alma en el momento, forjando juntos un mundo nuevo. Eres tú la princesa de mis sueños, a quien juró fidelidad este caballero, que ni el cielo ni el infierno, serán capaces de arrebatarte su amor eterno. Que tu cariño sea mi escudo, y tu nombre mi acero, pues cuando todo se vuelva oscuro, seré yo quien por ti vele el primero.

Alma de lobo

 Aullando en la noche me encuentro, con el caparazón de mi pecho abierto, siendo puro amor y pensamiento, pues ahora comprendo mis sentimientos. Mi negro pelaje azabache, mecido por el frío viento, dejan ver mis ojos brillantes, es la mirada del lobo errante.   Con lejano horizonte por delante, ahora da comienzo mi viaje, concédeme compañero del viento, tu capacidad de aliento.    Sin perder mi rumbo como guerrero, y mi misión como hombre, para abrir de nuevo mi pecho, para aprender a volver a amar de nuevo.   Eres tú mi espíritu de lobo, el que hará vencer mis miedos  el que templará mi coraje, para enfrentar todos los retos.

El amor no puede dormir

Pensaba que formábamos parte de algo, pero dime si quizá estaba equivocado. Parezco ser el único en echar de menos, el compartir juntos nuestros momentos. Ni un mensaje tuyo me llega, como si para ti ya no existiera. Cuando te hablo y no me respondes, como si ya te diera igual mi nombre. Cuéntame en qué puedo pensar, si ya no te importo de verdad. Que te da lo mismo si caigo en el olvido, que ya tienes a otro susurrándote al oído. Si al menos te sinceraras conmigo, si al menos pudiera dormir tranquilo. Mientras tanto pensando en tu "te quiero", así como en tu "te echo de menos", y en si todo ello era cierto.

Hasta donde alcance la vista

Hoy llegué corriendo hasta el mar, mientras me acariciaba la brisa, y pensaba en dejarme llevar, hasta donde no me alcanzara la vista. Demasiado peso que cargar, aún sin llevar nada encima, con tu recuerdo que me hace añorar, cuando parece que te vas de mi vida. Ya veía las olas estallar, y chicas que al pasear, reían, ancianos concentrados en pescar, y yo sin parar de correr, corría. Me di cuenta que no puedo adivinar, lo que tú conmigo querrías, de si con otro hombre te gustaría quizá estar, pues a lo mejor sólo soy uno más en tu vida. Hoy llegué corriendo hasta el mar, y sin dejar de pensar en ti, corría, pues cuando te distancias sin avisar, es como si renaciera en mi, la herida. Que si hay otro no me hagas esperar, pues es muy larga la travesía, y si es así me dejaré llevar, hasta donde no te alcance la vista.

Retales de un sueño

Y tu voz me acompañaba durante toda la noche, arropándome en mi desnudez mientras anhelaba tenerte a mi lado. Pero sabía que estabas ahí, te sentía conmigo, mientras yo deseando poder arroparte de la misma forma y sentir como mi piel acariciaba la tuya. Caricias como las que han compartido nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestra vida desde que te conozco. Porque siempre has estado ahí, siempre estás, y siempre estarás. No importa el tiempo, no importa el espacio. Como si me asomara a la ventana en este mismo momento y gritara tu nombre a la oscura noche a través del estrellado cielo, que en todos y cada uno de los rincones se supiera cuanto yo te quiero, y cómo te he llevado siempre dentro. Pero son sólo retales de un sueño, del cual ahora despierto.

Birthday (II)

En este momento te recuerdo, con estas humildes palabras, que por mucho que pase el tiempo, tú seguirás estando en mi alma. Te llevo en el pensamiento, en este nuevo día que amanece, que celebras tu nacimiento, mientras anhelo el poder verte. Con estas cosas que yo pienso, aunque a ti pudiera parecerte, lo que digo no es nada nuevo, y no es un día diferente. Pues noche y día estás presente, mi corazón siempre contigo, y peores que la muerte, son tu distancia y olvido. Así pues en este momento, con estas humildes palabras, te recuerdo que te deseo, y que te amo más que a nada. Que te pienso aunque no hablemos, y me imagino nuestras miradas, que entre mis brazos sólo te veo, en el día del mañana.

El alzamiento del lobo

Las crónicas hablan de momentos cíclicos que se repiten una y otra vez, pero esta vez es diferente. Un cascarón que se rompe, la puerta de una celda que estalla en mil astillas, pesadas y oxidadas cadenas que caen deshechas. Muchos ejemplos que podrían describir la situación, pero son sólo palabras que no alcanzan a dar una idea de lo que ocurre. El ente se retuerce en un cúmulo de sombras que parecen agitarse con fuerza a su alrededor. Su forma, similar a la de un lobo, deja entrever el brillo de lo que parecen ser unos colmillos. De su boca caen pequeños hilos de saliva que se deslizan suavemente como si el tiempo se detuviera por momentos y jamás quisieran alcanzar el suelo. La criatura está hambrienta. Hambrienta de sentimientos, de vivencias, de pensamientos más allá de los suyos propios. Sonríe, o al menos eso parece al verse la mueca de su boca. Sus ojos están vacíos, mostrando un negro más oscuro que la propia noche sin luna ni estrellas, mientras el pelaje negro azaba

La canción del bardo

Dicen que el cuento no tiene final, pero un lamento se escucha sin cesar, con la oscuridad en su pesar, un corazón llora sin parar. Pero ella no se da cuenta, e ignora lo que sucede, él ya marcha con su pena, sabiendo lo que le concierne. Así pues canta el bardo, esta triste canción, mientras zozobra el barco, y muere la tripulación. Pues una criatura acechaba, en lo más profundo del mar, una que vidas y almas cobraba, y la suya iba a ser una más.

Carta a la deriva

Mírame cuando me hablas, y dime que no me mientes, que yo confío en tus palabras, pero ayúdame a creerte. Ya desde su llegada, he notado algo diferente, y son las cosas que callas, las que perturban mi mente. Es la verdad mal intencionada, peor que la propia mentira, con mi confianza en ti depositada, sin poder soportar otra herida. Que te quiero más que a nada, pero no sé quién soy en tu vida, cuando me doy cuenta que otro ya estaba, y aún te acompaña noche y día. Soy pues una carta a la deriva, con palabras de amor en ella escritas, que por el camino ha quedado perdida, y que jamás llegará a ser leída.

Aullidos a medianoche

No tenía en mente que mis primeras palabras después de tanto tiempo sin pasar por este humilde rincón estuvieran impregnadas de melancolía. Pero quién soy yo para decirle a mi corazón qué es lo que tiene que salir de él o no. Así es pues, más que poemas, los veo como pensamientos salidos de la noche. Sentimientos de desahogo. Aullidos. Ojalá Ojalá algunas cosas pudiera cambiar, hacer el camino más fácil de andar, así es pues que no dejo de pensar, en todo aquello que no puedo controlar. Pero sólo se trata de saber aceptar, que hay cosas que en nuestras manos no pueden estar, por mucho que duela o pueda dañar, siendo el sufrimiento sólo algo opcional. En si el tiempo podrá contigo, si quizá no podrás aguantar, que la ilusión deje de estar conmigo, y dejar nuestro cuento sin acabar. Ilusión consciente La incertidumbre de que conmigo no cuentes, que algún día alguien de tu corazón me eche, aumenta el tormento de no poder verte, aunque pase lo