Déjame recordártelo, te echo mucho de menos, si pudieras imaginártelo, lo mucho que yo te quiero. Volviendo estoy a mi cama, contigo en mi pensamiento, acurrucándome bajo la sábana, esperando abrazar tu cuerpo. Y me deslizo en mis sueños, donde tú estás en ellos, recordando tu rostro y voz, como si te viera en un espejo. Algo ocurre luego en mi mente, en otro sueño me sumerjo, toda luz desaparece, así como tu imagen y recuerdo. En solitario barco me encuentro, rodeado de sombras ardientes, pero a nada yo le temo, porque sé que estás presente. En las sombras está la duda, que intenta ahogar mi mente, pero antes de perder la cordura, grito tu nombre a contracorriente. Y resuena en el oscuro mar, tu nombre abriendo el paso, apartando la oscuridad, sintiéndote yo a mi lado.
El pequeño rincón de un poeta por accidente, un humilde escritor, un soñador permanente.