El jinete está montando, es su hora de marchar, escucha el sonido de sus cascos, ya no hay vuelta atrás. Tan veloz como el viento, a través de bosque y camino, marcando el firmamento, con su lanza y porte altivo. Corre, hermano del viento, quien encontró antaño su libertad, estando inmerso en un sueño incierto, atada en la más fría oscuridad. ¿Caballero o lobo?, nadie sabe, pues algunos cabalgar le han visto, garra y espada le acompañan, así como armadura y aullido. El lobo está montando, es él, hermano del viento, marcando el camino a su paso, sin perder su alma de caballero.
El pequeño rincón de un poeta por accidente, un humilde escritor, un soñador permanente.